Efectivamente la Costa Atlántica es otro país muy distinto,
por algo fueron conquistados por ingleses y nunca colonizados por españoles.
Bueno más que conquistarlos los ingleses
lo que hicieron fue aliarse con los Miskitos para que mantuvieran sometidos a
los Sumos, Ramas, Crioles y Mestizos que eran más pácificos y tranquilos. (dicen que el nombre de miskitos viene de mosquetón que era las armas que les facilitaron para someter a sus habitantes)
Pero antes de empezar con esta
aventura de viaje, vamos a retomar donde nos quedamos con el “Chinkunguya” este
zancudo está haciendo sus “estragos” en
toda la comunidad y aunque yo pensaba
que a mí no me iba a tocar, no me libré de él.
El día 31 comencé con los primeros síntomas pero no quise creer que el dolor de la muñeca
fuera por eso y pensé que se debía a una mala postura al dormir.
Fue
llegando la hora de la cena y me notaba un poco baja, como “aguada” dicen acá y
pensé que era el cansancio de la boda de Ramin y Alejandra, pero no, cuando me
levanté el día 1 de enero me quedó ya muy claro que el “Chinkunguya” quería
felicitarme el “Año Nuevo”. Menos mal que yo dije que no tenía tiempo para
ponerme enferma y rápidamente me tomé todas las pastillas que me recetaron y
bebí mucha limonada y suero que mi “mamá” me preparó, para al día siguiente ya
poder caminar (te duelen todas las articulaciones y no puedes dar un
paso).¡cuántos huesecitos tenemos ¡que barbaridad! Y te duelen todos!!!
Para
recuperarme nos fuimos a visitar a Rosibel y que Vanesa conociera su preciosa
finca de frutales y ganadería.
Un lindo paseo fue el que nos dimos por esos "palos" cargados de frutas y es que el Cerro Negro es toda una bendición para dar una tierra fértil donde todo crece de form rápida y gigante ¡verdad Vanesa! terminar trayendo a la casa naranjas, icacos, limones y una hermosa Toronja que
por primera vez comimos todos y toda en
la casa (parecía una naranja gigante).
Al
día siguiente nos levantamos temprano y nos fuimos a Managua para poder comprar
el billete de Vanesa y preparar el viaje que teníamos previsto con Pablo a la
Isla de Corn Island, pasando previamente por Bluefields y laguna de Perlas para
luego agarrar el famoso Capitán D y atravesar el Atlántico para conocer la
famosa isla del Caribe. ¡que horror de barco!
Pero
antes el sábado nos dimos una vuelta por los Belenes de la Vía de Simón Bolivar (más de 30 estaban expuestos en toda esa gran avenida) y al día siguiente tuvimos una comida y fiesta de Navidad con la comunidad de
Valle Dulce con la sorpresa de que Maricruz y Bene regalaron un rico queque que
nos comimos entre todos y todas. ¡gracias chavalas! Estaba ríquiiiiiiiiisima!!!!!!
En
este viaje me acompañaba Pablo (voluntario de Entreculturas) y Vanesa
(voluntaria) ambos están en Valle dulce.
Sólo iba a ir con Pablo de viaje ya que lo habíamos hablado desde
hacía tiempo para despedirnos de este Nicaragua y de nuestro voluntariado de
una forma especial. El que Vanesa viniera fue toda una alegría ya que en
principio no estaba muy animada, pero al final se nos unió y ha sido todo un
regalo poder hacer este último viaje juntas.¡gracias por apuntarte!.
Todo comenzó a las 9 de la noche
cuando tomamos el Bus al Rama. Desde el merado de Iván
Montenegro agarrábamos el bus y después de 6 horas de camino con un ruido
infernal porque el motor se calentaba y para evitarlo llevaban la puerta del
bus de par en par y las ventanas abiertas, llegamos al Rama donde se toma la
panga. Pero para ello haces un parón de 3 horas, ya que no sale hasta las 6 de
la mañana. En 1 hora y 45 minutos llegas al puerto de Bluefield en el que te recibe la Iglesia
Morova con su césped todo verde.
Decidimos
irnos ese mismo día a Laguna y dormir allí para poder visitar una comunidad
garifona.
Todo habría salido perfecto
pero nos salió a recibir una persona de la comunidad (Wilson) que quería
mostrarnos sus “beldades” y nos acompañó, a pesar de que nosotros le dijimos
que no era necesario, a otra comunidad en la que vivía Orlando con su familia y
14 vecinos más. Yo ya le conocía de mi otro viaje. Nos ofreció agua de coco y
unas hamacas para descansar mientras nos hacía la comida, pues nos dijo que
estaban preparando una fiesta para celebrar “el Año Nuevo”.
Era ya tarde y no
había mucho más que ver, pues el ranchito que yo conocía estaba cerrado y la pequeña playa que había
la habían cercado con piedras y una malla.
Nos
enseñó sus cuadernos donde los turistas que le visitaban escribían y le daban
las gracias por su rica comida. Nosotros no podemos decir lo mismo, pues su
“rondón” era más bien un poco de agua con coco y yuca (dura) y fruta de pan con
un pecado que repartió para los tres.
Cuando le pregunté por el fresco que nos había prometido me dijo
sonriendo que no tenía limones… en fin que nos sentimos un poco estafados y nos
marchamos bastante descontentos.
Cuando ya nos íbamos apareció el representante
de la otra comunidad (Wilson) que nos dijo que nos acompañaba hasta la salida
hacia la Laguna. La verdad es que ya estábamos un poco “moscas” con tanta
amabilidad y efectivamente no nos equivocamos y cuando Pablo le dio las gracias
por acompañarnos pero que no era necesario nos dijo que cuanto le íbamos a dar,
a lo que nosotros le dijimos que ya le habíamos pagado a Orlando la comida y
que pensábamos que ellos se lo repartirían… comenzó a decir que fuéramos con él
a pedirle a Orlando que le diera dinero… Nosotros le dijimos que no íbamos a ir
y entonces llama a otro que está sentado y que dice que es el juez de ellos
para que intervenga. La verdad es que la cosa se estaba complicando por
momentos y no le encontrábamos sentido, así que decidimos “cortar por lo sano”
y darle 50 pesos y nos dejara en paz. Ya me veía yo en un juicio por dos
dólares ¡jaja!
Mi
cuerpo se llenó de sarpullido debido al chikungunya, así que como teníamos
contacto con Gina (la amiga médico que nos iba a alquilar una habitación en
Bluefield) me encontré haciendo una consulta por wasap a Florida, increíble
esto de la tecnología ¡gracias Gina, me salvaste!
Visité
a Pedro (dueño de las cabañas donde me alojé con Julia en mayo) Julio el
cocinero se alegró mucho de verme y rápidamente salió para saludarme y preguntarme por Julia “en la India está, le dije. Feliz y contenta
disfrutando como solo ella sabe hacerlo”. Recordamos los dos días que pasamos
allí y el precioso Cayo que visitamos y el rico Rondón que nos comimos, las
conversaciones con el capitán (nada que
ver con el de Orlando). Quedé en que volvería en otra ocasión ya que nuestro
destino ahora era Corn Island.
Decididamente si quieres disfrutar de laguna de Perlas hay que ir más
tiempo…
Cenamos
en un pequeño comedor y nos levantamos
temprano para tomar la panga que nos llevaría de regreso a Bluefield para
descansar y comprar los billetes para el Capitán D. ¡toda una aventura!.
Paseamos por la pequeña ciudad, en los momentos que la lluvia que nos acompañó
durante todo el día y llevéa mis amigos
a los sitios que yo ya conocía… desayuno en el puerto… comida en el Rancho
Luna, café en la Loma (vista de la ciudad) y cena en el restaurante el
Pelicano. Por la mañana antes de tomar el barco visitamos el CIDCA (Centro de
Investigaciones y Documentación de la Costa Atlántica) que regenta como
director Donald H. Byers que se ha convertido en un buen aliado en mis viajes.
En esta ocasión también pudios gozar con su plática y además fue nuestro “angel
de la guarda” para nuestro viaje. Rápidamente en cuanto se enteró que nos
íbamos a Corn Island se puso en contacto con M. Marys para que nos acogiera en
su casa y con José para que nos recogiera con su taxi y con Vilma para que nos
hiciera de guía. Fantástico acierto. Como siempre lo mejor del viaje las
personas con las que hemos compartido y por supuesto la que me han acompañado.
Tomamos el barco "Capitán D" ... el mar estaba revuelto y eso hizo el viaje muy pesado...menos mal que el taxista nos esperó pacientemente y nos trasladó a el
comedor de Marys que nos recibió con una rica sopa de pollo y, menos mal porque
nuestro cuerpo, después de estar 11 horas en alta mar con temporal y en ese barco atiborrado de personas y de
carga era una “inmundicia” no estaba para nada... ¡jajaj ¿verdad Vanesa?...y no nos
podemos quejar porque, precisamente por la reclamación que hice, nos pasaron a la
cabina del capitán, que no era ningún
lujo pero comparado con los camarotes que eran camastros de 3 literas de madera con unos
colchones, en los que la gente venía tirada era todo un lujo. Pablo y yo
tuvimos mucha suerte porque nos tomamos la pastilla y no nos mareamos, pero la
pobre Vanesa se pasó toda la travesía vomitando e intentando dormir en un
colchón en el suelo. Así que cuando
pisamos tierra firme decidimos que nos quedábamos todo ese día en Corn
Island paseando y bañándonos en sus
preciosas playas.
Y así lo hicimos, desde por la mañana después de un rico
desayuno "pankekes", tostadas, huevos revueltos y un buen café nos fuimos a
conocer la isla y llegamos hasta la famosa playa de Picnic Center de la que
tanto me había hablado mi amiga Gina. ¡preciosa… realmente me sentí en el
Caribe!. Mientras estábamos allí conocimos a un español (Sebastián) bueno
realmente era alemán porque se fue de Cáceres cuando era pequeño con sus padres
emigrantes. ¡eran otros tiempos!.
También conocimos a su esposa
Nica (se enamoraron después de la
revolución). Después coincidimos en varios sitios (la isla es pequeña).
Al
día siguiente tomamos la panga para la isla pequeña y allí estaba también la
pareja. Menuda media hora de paseo… aquello era una montaña rusa y llegamos un
poco mojados ¡jaja!!. Nosotros decidimos dar una vuelta de reconocimiento y la
verdad es que nos decepcionó bastante. El norte con lugares de alojamiento
pobres y el norte con alojamientos para super ricos (500 dólares una noche).
Nos comentaron que había sido devastada por el temporal que había sufrido hacia
como un mes. No obstante Vanesa que ya lo conoció hace unos años nos comentó
que estaba demasiado explotada turísticamente, que antes no era así. Al final
de la tarde decidimos tomarnos un helado (rico de verdad) y que íbamos a
intentar tener una buena cena y volvernos a la isla grande para disfrutar
de la playa (con tanto viaje y
madrugones no habíamos descansado nada). Cenamos en un italiano mientras
escuchábamos a un joven cantante canciones en inglés. ¡salvamos el día nos dijimos!.
Picnic
Center ¡Bonita playa y buena decisión!. A las 7 de la mañana ya estábamos
tomando un desayuno y bañándonos en el Caribe. ¡que lindeza de playa!. Al poco
rato llegó la pareja que habíamos conocido y nos tomamos un coco helado al que
nos invitaron ¡gracias Sebastían y Sidai! Y nos intercambiamos teléfonos para
llamarnos y quedar por Managua antes de mi regreso a España. Y nos dimos un
largo baño. Una delicia de playa…
Al
mediodía nos esperaba el "Rondón" plato típico de la Costa que habíamos solicitado a M. Marys Danet. ¡Mamma mía que rondón!
(langosta, pescado, yuca, fruta de pan…) nos desquitamos bien… ¡jaja!.
Por la
tarde para rebajar la comida nos fuimos Pablo y yo (Vanesa quería darse el
último baño) a un mirador desde el que pudimos ver algunas vistas de la isla.
Nos acompañaron dos niños que vivían arriba del mirador, con su mamá y 7 de los 10 hermanos que eran.
Estudiaban primaria en una escuela que estaba al lado de su casa, Me asomé a sus aulas y se veían pobres y con escasos recursos.
No todo era riqueza en Corn Island y la pobreza está en todas partes (el norte y el sur sigue marcando sus diferencias).
También visitamos una bonita Casa Canadiense que estaba muy bien y con unas vistas preciosas, pero “carito”
150 dólares la cabaña… aunque el sitio creo que lo merecía.
Era un complejo residencial de varios socios con cabañas de concreto y un bonito restaurante con piscina incluida y que a pesar del precio estaba completo. Las luces navideñas y lo adornos todavia colgados lo hacían más especial y se respiraba paz y tranquilidad... o quizás era el atardecer ... no sé, pero nos encantó.
Y
llegó el momento de abandonar la isla y
despedirnos de M. Marys y de la Isla. Poco tiempo el compartido, pero INTENSO y es que comer
juntos une mucho ¡jejje! Incluso nos acompañó al aeropuerto y me traje una caracola de recuerdo.
El
regreso nada que ver, ahora entiendo por qué todo el mundo se va en avión a la
isla… No más Capitán D en la vida… aunque hay que reconocer que es toda una
aventura y había que probar… porque somos VIAJEROS… NO TURISTAS.
Gracias
Gina que nos acompañaste virtualmente en Bluefield, nos alojaste en tu casa y
nos diste tus buenos consejos y sugerencias para pasear.
Gracias
Donald por tus maravillosos contactos que nos abrieron las puertas de la cocina
de M.Marys y de su corazón.
Gracias
Marys por cocinar para nosotros y acompañarnos no como huéspedes sino como
parte de tu familia. Nos hiciste sentir en casa.
Gracias Sebastían y Sadis por ese agua de coco helada y por supuesto por la plática que seguiremos en algún otro momento en España o en Alemania...
Gracias amigo voluntario Pablo y amiga Voluntaria Vanesa porque lo importante no es el camino que haces, sino con quién lo recorres y te acompaña.
Os quiero compartir y dedicar este poema que me hizo mi amiga Rosibel (profesora de Lengua y Leteratura de Lechecuagos) y que se puede hacer extensivo a todos los voluntarios del mundo. Estoy segura que, aunque no le he pedido permiso, como ella ya lo publicó en Facebook, no tendrá inconveniente en que os lo comparta:
Gracias Sebastían y Sadis por ese agua de coco helada y por supuesto por la plática que seguiremos en algún otro momento en España o en Alemania...
Gracias amigo voluntario Pablo y amiga Voluntaria Vanesa porque lo importante no es el camino que haces, sino con quién lo recorres y te acompaña.
Os quiero compartir y dedicar este poema que me hizo mi amiga Rosibel (profesora de Lengua y Leteratura de Lechecuagos) y que se puede hacer extensivo a todos los voluntarios del mundo. Estoy segura que, aunque no le he pedido permiso, como ella ya lo publicó en Facebook, no tendrá inconveniente en que os lo comparta:
Título: Amiga voluntaria
No llegaste a esta tierra,
por azar del destino,
Dios ya había escrito,
esta ruta en tu camino.
Quien te mueve es tu espíritu,
y es el que te impulsa a servir,
porque tus deseos de compartir,
son una razón más de tu existir.
Cada experiencia es una vivencia
que te da la oportunidad,
no sólo de conocer;
sino de consolidar tu ser.
Qué importa hermana-amiga
si tú eres de Europa,
y yo de Latinoamérica,
pues las fronteras se inventaron
para dividir naciones;
pero no corazones.
(gracias Rosibel)
¡Estoy segura que algún día volveré
de nuevo… no sé cuando… pero en avión!. Nunca más “Capitán D”...aunque tengo que decir que toda la tripulación y su capitán nos acogieron en su camarote de forma espléndida, así que al final...
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