¡BIENVENIDAS Y BIENVENIDOS AL RINCÓN DEL MINICUENTO!

Esto ha sido lo mejor de toda la semana, compartir con los niños y niñas, del sector donde vivo,  un espacio para la lectura y la diversión. 

Hemos comenzado a  las 8 de la mañana con la limpieza de la Escuela que,  como no se usa normalmente,  y tiene los cristales rotos,  es un lugar donde anidan los pájaros y revolotean los murciélagos por la noche, llenando todo de suciedad tanto en el suelo como en las paredes. Nos ha acompañado Doña Marta,  que siempre tiene un momento para ayudar y nos ha hecho la limpieza general para que pudiéramos nosotros seguir con la ambientación y colocación de todo el material.  

Este domingo  parecía que no se animaban a venir, pero poco a poco han ido llegando hasta la Escuela algunos de los niños y niñas que acudieron el domingo pasado,  e incluso han venido cuatro nuevos.  Hemos llegado hoy hasta 13 lectores, incluyendo al chiquitín de año y medio que ha vuelto a repetir. Ha sido divertido jugar al ratón y al gato, escuchar el cuento de “la tierra”, construir entre todos y todas las “Normas de Convivencia”, ver el cuento de “cuando los alimentos se fueron” y terminar haciendo ellos mismos su carnet para que se puedan llevar un libro durante la semana para compartirlo en casa con la familia.

Para despedirnos hasta la próxima semana,  hemos montado un pequeño taller de “maquillaje” y nos hemos pintado entre todos la cara. La verdad es que ha sido bonito verles  expectantes y  tranquilos haciendo una fila, era como si esperaran un número de magia y así ha sido porque como no teníamos presupuesto, hemos improvisado y con un pintalabios, algunas sombras y un lápiz negro hemos hecho verdaderas maravillas y es que  con la “imaginación y la creatividad” todo se puede conseguir.

Enamorar a estos niños y niñas en el placer de la lectura es difícil, ya que están acostumbrados a otra forma de divertirse más movida, pero si sabemos conjugar las actividades de lectura con otras de juego, creo que nos va  a dar resultado. De momento hoy ya hemos conseguido que se lleve cada uno y una un libro para su casa. ¡Ya veremos la semana próxima en qué estado vuelven,  porque solo de ver como tienen sus cuadernos,  se que los libros no van a venir en muy buen estado. 

Desde este Rincón también queremos tener presenta la “silla roja” y aunque no tenemos de momento la posibilidad de pintarla, si queremos que esté presente lo que ello simboliza y es que se visualice y sepamos todos y todas que todavía hay muchos niños y niñas que no tienen acceso a la educación.

Hemos pensado el Equipo de Promotores de Lectura (Fernando, Maynor y yo) que la próxima semana vamos a invitar para el sábado, ya que parece que los domingos la afición de unos de ir a ver jugar a los cuadros de beisbol y las obligaciones de otros por asistir al culto de la Iglesia evangélica,  hacen que algunos niños y niñas de otros sectores no puedan acercarse a la Escuela para disfrutar de esta nueva actividad. 

Tengo que agradecer especialmente el apoyo de Fernando en esta actividad (chaval que conocí en Madrid cuando fue a compartir con los chavalos de la Red de Jóvenes de España). Él tiene la experiencia de otros años y eso nos está ayudando, tanto a mí como a Maynor que es el nuevo promotor y el relevo de Fernando, pues  éste se irá el próximo año a realizar sus estudios de Periodismo en la Universidad de León.

Para finalizar el día y celebrar la fiesta de la raza,  hemos comido todos juntos y degustado una de las comidas típicas de estos días que es el “indio viejo” y un “queque” que hemos saboreado para celebrar el día  del Pilar. Yo he tenido de regalo unas camisetas nicaragüenses, además de un regalo muy práctico y original que me ha hecho la nieta de mi familia  “una regla, un bolígrafo y un tajador (sacapuntas). Evidentemente, la niña que es muy observadora tenía muy claro lo que me hacía falta y ¡por supuesto que acertó de pleno!

Gracias a todas y todos  por vuestra felicitación desde España. Por suerte nos ha vuelto la conexión de internet y pude recibir todos los mensajes de cariño que, desde la distancia, se agradecen mucho más.