Es la mejor manera de definir mi día
a día. (colores, olores, sabores, afectos) Todo es intenso y al mismo tiempo ocurre tan rápido y al “suave” trote gorrinero que digo yo. Las personas, los lugares, las
actividades, son tan variadas que pareciera que cuando me voy a la cama ya han
pasado dos días y no solo uno ¡jaja!.
Comenzó el lunes con la visita al NER, de un grupo de las personas que
habían venido de la Federación de Fe y Alegría a Nicaragua para participar en
el Simposio Internacional de INNOVACIÓN
de Fe y Alegría: “Nuevos desafios grandes
oportunidades”. Precioso y emotivo el
encuentro con personas de mi ONG – Entreculturas de España. Llevaba ya
10 meses sin verlos y me agradó mucho el poder acompañarles durante toda la
visita que se había organizado para que conocieran, no sólo las instalaciones
sino a algunos de los alumnos y alumnas que pertenecen a la red de
comunicadores y otros que de una forma u otra tienen sus compromisos a la
comunidad de los Leche.
Fueron acogidos en primer lugar por
el grupo de danza de Primaria de la Escuela de María Eguenía, que les bailaron
“una danza garífona" de la Costa Atlántica, para a continuación visitar las aulas y finalizar su visita
disfrutando de una vaso de rico pozol con leche y cuajada con tortilla.
El domingo día de los difuntos, al igual que el año pasado el cementerio
estaba lleno de personas de toda la comunidad y en mi familia se reunieron
algunos hermanos y hermanas para ir a poner flores a las tumbas de sus padres.
Para Doña Marta fue un día muy especial,
ya que también ella tenía la tumba de dos hijos
qué perdió hace ya algunos años y de distintas edades.
El Panteón, como llaman aquí al cementerio, lucía bonito y engalanado con flores de todo tipo, incluso algunas rosas vinieron desde Guatemala para adornar las tumbas y ¡que bien olían!, me recordaron a las de mi jardin en España. Olores que te trasnportan a otros momentos también felices en los que compartías con otras personas, que ya tampoco me acompañan fisicamente, pero que de seguro si su energia, o por lo menos eso diría mi amiga Naty, que cree mucho en esas cosas "del más allá" : Llevaban varias semanas Doña Marta y otras personas de la Comunidad limpiando y trabajando para que todo estuviera a punto ¡y lo consiguieron!.
Afuera estaba lleno de puestos que vendían de todo: buñuelos de yuca (la coordinadora del NER con su hermana)
atol, frescos, raspados, cerdo con yuca...
Desde dentro nos llegaba un agradable olor y nadie se pudo resisitr a la tentación de probar esos ricos buñuelos, pues ya habíamos comido una rica sopa de res en la casa. Y por supuesto que de nuevo
comimos toda la familia los tradicionales buñuelos sentados en las tumbas del cementerio. También nos acordamos de D. Plácido que le gustan mucho los dulces y le visitamos para que los pudiera saborear.
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