lunes, 23 de septiembre de 2013

SEMANA DE LA INDEPENDENCIA

“Si la patria es pequeña, uno grande la sueña”  este era el grito de la semana. Los tambores se oían todos los días desde León sonar y redoblar al compás de la marcha de los chavalos y chavalas. De eso se trataba esta semana de celebrar la independencia y el día 17 el día de la patria y eso es lo que hicimos el domingo en los Leche, un desfile de todo el alumnado y profesorado del NER para celebrar el día de la Independencia. .. “Si la patria es pequeña, uno grande la sueña”  decía la comitiva que desfilaba camino del centro educativo.

El día estuvo bastante bien y nos respetó la lluvia que, aunque cayó con fuerza a mitad de la mañana,  nos dejó celebrar el resto del día. Se habían organizado puestos de comida y de tómbola para recaudar dinero y fue todo un éxito. Nos lo comimos todo… el chancho, la sopa de gallina, el vaho de res, los helados, la fruta… . también hubo ¡como no! Folklores e incluso una representación por parte de alumnos y alumnas de primaria de los hechos que acontecieron antes de que Nicaragua se independizara y de las distintas banderas que había tenido. Después de bailar en la “disco” que improvisaron los estudiantes de Secundaria  nos fuimos a casa cansados pero contentos. La  kermesse había salido perfecta, yo no hacia nada más que preguntarme que de dónde vendría esa palabra,  así que me  metí en el “internete” y ahí estaba.

 Kermesse , o kermesse o kirmess , es un holandés término derivado de 'Kerk "( Iglesia) y 'mal' ( mas ) que se convirtió en préstamo en Inglés y Francés , originario denota la misa por el aniversario de la fundación de una iglesia (o de la parroquia), y en honor a la patrona . Estas celebraciones se llevan a cabo regularmente en los Países Bajos y también en el norte de Francia , y fueron acompañados de fiesta, el baile y los deportes de todo tipo.



Siempre aprehendiendo ¡je,je!.Mi familia de los Leche pensaba que era una palabra de Nicaragua, pero a mí me sonaba a francés y no iba mal encaminada.


Y esta semana he seguido  con los acompañamientos y las reuniones con las familias de la comunidad.  La lluvia nos pilló dentro del aula, cuando acompañaba a Merceditas, pero todos los niños y niñas querían verla y tocarla, así que nos asomamos al patio para contemplarla y aprovechar ese momento para refrescarnos,  un poco del sofocante calor que hace a pesar de estar en el invierno. 

Menos mal que esta semana he tenido transporte, porque alguna de las escuelas están un poquito lejos y con las lluvias que se preparan en un momento, si te pilla en el camino es que te empapas.  


Por cierto que en este ir y venir de autobuses, me  sigue llamando la atención   la soledad de las madres. Lo normal es ver esos autobuses llenos de  chavalas  jóvenes con sus “tiernos” a cuestas y unos padres ausentes, que sólo se ven los fines de semana en los “cuadros de beisbol” donde se reúnen para jugar y “tomar”. Mientras la mujer en casa cocinando, lavando y ocupándose,  en la medida que entiende que se  debe ocupar,  de sus hijos e hijas.

Son muchos los niños y niñas que viven con sus abuelitas y que están solos y solas enfrentándose a una vida que ni ellos mismos saben cómo manejar.  Pero lo más curioso es que lo asumen de una manera natural. Me contaba una amiga nicaragüense en España que lo que más le dolía de las mujeres de su país era eso, ese conformismo y naturalidad con la que viven el maltrato, no sólo físico, sino también  de abandono, tanto de la mujer como del hijo o hija.

Ellas esas madres jóvenes que repiten el modelo de parir y traer al mundo “tiernos” a lo que no saben cuidar,  porque ellas tampoco han sido cuidadas. Que asumen su maternidad como si fuera simplemente un error del que no tienen ninguna responsabilidad. Niñas y niños que no saben los compromisos que adquieren cuando se ponen a “jalar” como dicen acá al tonteo  de empezar a tener novio y de repente, te enteras que otra niña ha dejado los estudios porque se va a a casar, ¡cómo si esa fuera la solución a los problemas!.  La historia se repite de nuevo y otro niño o niña que vivirá con la abuelita, mientras la joven, con un poco de suerte trabajará limpiando o planchando en alguna casa en León o quizás tenga que pasarse toda la semana o hasta 15 días sin ir a su casa y visitar a la familia.

Me preocupa este contexto cultural y sabemos que como docentes tenemos una gran responsabilidad, es  por ello seguimos trabajando en el Programa Integral de la sexualidad, para que entiendan que todo tiene su tiempo y que deben formarse primero como personas adultas para asumir,  en su momento,  con madurez la gran responsabilidad que es traer hijos e hijas al mundo. ¡qué difícil se hace, a veces,  transformar y cambiar vidas!







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