También hemos seguido preparando durante toda la semana nuestro Curso
propedéutico de Mates y Lengua/Literatura con Ramín y el coordinador para
llevar a cabo una nueva experiencia de colaboración con el IBRA. Estaremos dos
semanas acompañando en este periodo de adaptación e integración de un grupo de
chavalos y chavalas que pasarán de primaria a secundaria. Importante hacer una
buena acogida y que se sientan desde el primer día como en su casa… “tendiendo
puentes”… para este paso lleno de cambios de todo tipo (fisícos, psicológicos,
ambientales…).

Gracias a las dos por toda vuestra desinterada ayuda
y generosidad por compartir vuestro conocimiento y paciencia.
El Viernes ya pasamos a la Planificación y Programación de los
dos próximos meses, en el que colaboré para reflexionar sobre la importancia de
planificar y evaluar por competencias con un divertido video de Mafalda e
iniciar la jornada con una buena carga de serotoninia, tan necesaria para poner
una nota de humor.
Continúe acompañando a algunas de las maestras de
preescolar, ya que a las comunitarias el Ministerio las cita en León. Creo que
hicimos un buen trabajo para tener en cuenta todos los ejes transversales
(GÉNERO, SEXUALIDAD, VALORES, MEDIO AMBIENTE) Y por supuesto sin olvidarnos del
desarrollo de todas Las Inteligencias. ¡ya veremos cómo nos va!.
Sábado y domingo hemos celebrado las Fiestas asistiendo a la misa y a la procesión, en la que iban niños y niñas (alumnado de nuestras escuelas) representando a los ángeles que acompañaban la imagen de la virgen. ¡Impresionante! el esfuerzo que han hecho todas las familias para engalanar las entradas de sus casas y el camino con globos y banderines. Todos querían acompañar a la bonita carroza que iba tirada con un tractor y personas de toda la comunidad que a pesar de las distancias (en algunos casos hasta de 8 kilómetros) se venían andando o en carretas para escoltar la imagen con velas y banda de música hasta la Iglesia, donde les esperaban otros muchos feligreses.
Cuando paseaba por los variados puestos me acordé de mi padre y de lo que me contaba cuando él iba como vendedor de dulces, acompañando a su madre "conocida como la dulcera y turronera de Torremocha" un pueblo cercano a Cáceres. Me contaba como se pasaban las noches sin dormir par poder vender unos dulces y turrón o caramelos a los más pequeños y así ayudar a la economía familiar.¡difiiciles años aquellos para un niño que sólo quería jugar, pero que su mamá entendía que era su obligación ayudar. El me contaba que en cuanto podía se escapaba y se ponía a jugar con los chavalos a la peonza (aquí se llama el trompo) y es que con 11 años ¿ hay algo mejor que jugar con los amigos?... ¡Es bueno que no nos olvidemos del niño y niña que llevamos todos dentro y sigamos jugando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario