miércoles, 10 de diciembre de 2014

CERRO NEGRO


Otro año más hemos realizado la procesión al Cerro Negro con los habitantes de la Comunidad de Lechecuagos. En el mes de Noviembre realizan una Romería que sale a las 4 y media de la mañana de uno de los sectores (El Guapango) y,  a pie,  llevan la Virgen de la Merced a un altar que está preparado en una parte baja de cerro, y que es el punto final de las dos procesiones que se realizan al año: la de Esquipula en Agosto y la de Nuestra Sra. de la Merced que se lleva a cabo el segundo fin de semana de Noviembre.



Son muchas las personas que hacen este trayecto a pie y como una promesa por alguna cosa pedida y en agradecimiento si se lo han concedido.


Me ha gustado compartir en esta ocasión la ascensión a la boca del cráter con Rosibel y Oswaldo (ambos profesores del CEA). Nos dió raid nuestro querido Director D. Rodrigo Antonio,  que llevaba al cura para celebrar la misa con todos losperegrinos y peregrinas. 

Comenzaba ya a atardecer y el cielo tenía esos colores especiales que le hacen a uno soñar y pensar lo maravilloso que puede ser este mundo, si se comparte con personas a las que admiras y en las que confías, como parte de un proceso de vida y compromiso por la Educación, ¡qué  gratificante ser acompañada y acompañar!.

 

La noche nos quería ya cubrir con su manto estrellado y los tonos rojos, amarillos, morados, azules intensos, se extendían por el cielo. Algunas nubes también nos acompañaban, tapaban y dejaban asomar todavía a los rayos fuertes del sol que se resistian a desaparecer. 
 

Otro día la magia del universo nos sorprende  para,  poco a poco,  ante nuestros ojos,   ir llenando nuestro camino de sombras.

Vamos realizando  nuestra ascensión y el viento nos sopla fuerte en algunos momentos. Sin embargo, al llegar a lo más alto,  el viento se detiene y podemos,  incluso,  hacernos algunas fotos para tener un recuerdo, de otra ascensión, más.

Como siempre mi mochila de Entreculturas me acompaña y me sirve para llevar mi botella de agua, líquido imprescindible para poder reponer todo el sudor que supone subir y bajar este pequeño Cerro. No llega a 700 metros de altura, pero su ascensión nos hace perder agua, mucha agua,  a pesar de ser "ya noche". 

Arriba ya nos ponemos a posar y a recoger en nuestra cámara,  esas imágenes que quedarán en nuestra retina y en nuestro corazón. ¡gracias Rosibel por haberte dejado "convencer" a regalarme este "momentazo" ¡jeje!

 

Es la segunda vez que hago el Cerro con Rosibel, pero esta era la primera vez de noche con ella, el año pasado ya lo hice y con luna llena.  Creo que disfruto más de su bajada en el día pero,  a pesar de eso,  me encanta sentir esa arena bajo mis pies y poder correr buscando el camino. Al fondo las luces,  que se ven pequeñitas desde arriba, nos ayudan a no perder el sendero  de bajada. Nos detenemos un momento para tomar fuerzas y beber un poco de agua y  algunos fuegos artificiales hacen su aparición,  avisándonos de que la misa va a comenzar y corremos y corremos para llegar a tiempo.

Ya abajo nos reunimos con el abuelo de Rosibel,  que siempre le gusta acudir a esta cita y  posa comigo gustoso y feliz de un año más poder hacer su romeria, a pie. Siempre con su sonrisa y su sombrero. Campesino y ganadero curtido,  sabio de experiencia que ha ido recogiendo a lo largo de su vida llena de luces y sombras, pero alegre de haber sabido vivir y resolver cada uno de los escollos con los que se ha ido encontrando en su camino.

Le miro y yo también sonrío pues a su lado siento la presencia de mi padre que tendría en estos momentos 87 años cumplidos  y que,  como él, fue un luchador y buena persona,  que siempre supo estar al lado de los que le necesitaban, fiel a sus principios y valores de HONESTIDAD, RESPONSABILIDAD Y RESPETO hacia los que le rodeaban. Muchas gracias Eloy Manzanares y "abuelo de Rosibel" por abrime su casa y sus ricas "viandas".

También conozco a "Marcelito",  ques es esta persona mayor que aparece al lado del Director del NER y que es el organizador de la procesión año tras año. 

En esta Romería se invita a comer a todos y todas las personas que acompañan a la Virgen de la Merced y,  además,  al final de la tarde se celebra la misa, para después al día siguiente volver en procesión a pie,  a las 4 de la mañana,  para devolver la Virgen a su lugar y esperar de nuevo otro año más para cumplir con la tradición.

Gracias Rodrigo por habernos permitido, un año más, ser parte de esta hermosa fiesta popular de nuestra Comunidad de Lechecuagos. ¡Viva la Vigen de la Merced!.






1 comentario:

  1. Pilar, es una gran alegría saber de ti, y que la experiencia te ha resultado tan enriquecedora. Tu valor y disposición son envidiables!
    Un abrazo desde España.

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